Un Encuentro Inesperado

Había dejado la cabaña en Canadá para salir de caza, por lo que llevaba algo de ropa ligera y casual del guardarropa que Peter me había regalado y que de vez en cuando intentábamos llenar más. Terminé de abrochar las botas y luego de alisar un poco la chaqueta salí corriendo a velocidad vampírica, por supuesto, a través de los bosques guiándome hacia el Sur. Al salir no me fijé en la hora, un mal hábito al que no me acostumbraba ahora que planeaba cambiar de vida y cuando me di cuenta faltaban cerca de 5 horas para que el sol saliera al amanecer, y sin ser de más ayuda estaba en Miami, una de las ciudades más soleadas de Estados Unidos.

Refunfuñé enojada conmigo misma por haberme distraído, así que entré en uno lugar que parecía ser seguro además de tener un letrero de "24 horas" por lo que no me sacarían si cerraran, un bar. No estaba del todo lleno, y a pesar de haberme alimentado bastante bien la garganta me ardía y mi autocontrol estaba a prueba. Suspiré quedamente y escuché unos pasos aproximarse aunque no me di la vuelta, no esperaba a nadie. Una ligera corriente de aire llegó a mi oído cuando el dueño de aquellos pasos me habló. Cerré mis manos ligeramente tensa sobre la bebida que aún no probaba por supuesto y dejé de respirar, por si acaso. -No te conozco, no sé quien eres y mi nombre no es Lisa, es..- Me interrumpí al darme cuenta lo fácil que estaba dando información. Fruncí el ceño ligeramente y ladee mi cabeza para verlo, aquella figura se me hacía familiar estaba completamente segura de haberlo visto antes, pero el ligero trastorno que traía no me dejaba recordar donde.

No pude evitar reír algo y luego me quedé viendo fijamente al chico justo después de que besara mi mano, la sensación no era desagradable pero sentía que no era lo correcto, justo en ese momento pensé en Peter y sonreí. -Casi compruebo que lo del Lisa te funciona bastante bien- Comentpe divertida recapitulando la escena que acababa de pasar donde yo casi le digo mi nombre. -No sabía que todavía funcionaban ese tipo de tácticas, con eso que el mundo avanza y las cosas se vuelven más convencionales- Hice un gesto con la mano restandole importancia pensando en que a veces la forma de habalr también podría delatarnos como vampiros, pues de cierta forma dejábamos pistas de haber vivido desde hace mucho tiempo, por lo que agregué: -No me hagas caso- Bajé la vista a mi bebida, la cual me habían servido desde que llegué y a penas le había dado una probada para aparentar pero no estaba segura de querer más, así que se la ofrecí. -Bébela por mi Payton... Payton... ¿Daniel Payton, dices? Estoy casi segura de haberte conocido alguna vez ahora que lo pienso-

Reí escuchando la forma de hablar de aquel chico, me era agradable escuchar como lo que parecía ser su ego salía a flote pero luego se relajaba bromeando, era realmente divertido. -Me iría más por la opción de otra dimensión- Le dije pensando por mis aptitudes de vampiro y luego al escucharlo reí pero le sonreí de medio lado luego en forma de apoyo y negué con mi cabeza. -Supongo que sólo es un parecido, no creo ser la misma persona- Y en un susurro bajo que sólo sería perceptible para oídos sobrehumanos agregué. -No cuando probablemente nací muchos años antes que tú- Aclaré mi garganta, y seguí manteniendome sin respirar, lo que era molesto ya que no podía percibir los aromas y fragancias de mi alrededor.

Me sorprendió un poco lo que hizo y de nuevo admiré su confianza. En el primer instante en que se acercó tanto mi instinto saltó dentro de mí para que me defendiera y atacara, era una respuesta instintiva pero no lo hice porque estaba ayudando a mantener mi auto-control además había algo extraño con aquel chico. Lo miré entrecerrando ligeramente los ojos mientras lo escuchaba hablar. No podía ser todo una simple coincidencia, esto iba más allá.. pero no podía estar del todo segura si no identificaba que era, por lo que crispé mis manos en forma de puño preparándome y respiré de nuevo. El aroma de los humanos alrededor me golpeó con fuerza, pero uno aún más fuerte se hizo presente, híbrido. Abrí los ojos con sorpresa y lo miré. -Daniel Payton, eres tú- Dije sorprendida y llevé una mano a mi boca. -No puedo creerlo, como no te reconocí antes... ¡Soy Charlotte!-

Al abrazarlo sonreí feliz de volverlo a ver, tanto que tal vez no me di cuenta y usé un poco más de fuerza que la necesaria, lo que a un humano corriente le rompería las costillas pero que él sólo sentiría como un apreton. -No bueno... no te veo hace mucho pero algo en mi interior me dice que sí eres tú- Me quedé mirándolo unos segundos más detalladamente. -Sólo que mientras estudiamos nunca me fijé en que tuvieras algún comportamiento extraño, nunca podría haber dudado de tu humanidad...- Me interrumpí y me quede en silencio al escucharlo preguntar por el color de mis ojos. -No... no lo adivinas?- Sonreí de medio lado y me acerqué a él. -Cierra los ojos y concentrante en los aromas, dime qué hueles de mi- Le dije. Sabía que su mitad de condición vampírica lo ayudaría a descubrir que era yo.

Reí un poco mientras lo abrazaba y luego lo solté soltando un beso tronado en su mejilla. No era del tipo de chica afectuosa que iba besando a cualquiera pero Danny siempre había sido una excepción. -¿Cómo dices? Creo que tú deberías empezar porque mientras estudié contigo era humana, y nunca noté que fueras diferente... ni siquiera sé como no me di cuenta de tu temperatura- Exhalé y negué con la cabeza, recordando aquel día en que mi vida había cambiado por completo y yo no había podido decidir que hacer con ella.

Cerré mis ojos dejandome llevar por los recuerdos y comencé a hablar. -¿Recuerdas que en esa época tuve que dejar de asistir a estudiar contigo porque mis padres estaban teniendo problemas? Bueno... al final terminaron divorciándose, mi papá se fue con otra mujer y mamá no podría hacer nada con su vida porque estaría muy mal visto por la sociedad... ya sabes, eran otros tiempos hace muchos años.- Suspiré. -Un día volvía de la casa de mi padre luego de discutir con él, y no quería volver con mi mamá tan pronto por lo que tomé la peor decisión de mi vida y me puse a caminar por ahí sin rumbo. Había anochecido ya y cuando quise devolverme no sabía donde estaba, entonces apareció una chica de aspecto sureño y dijo que ella podría ayudarme con todos mis problemas- Un estremecimiento recorrió toda mi espalda y cuello al acordarme de María y todo lo que tuve que vivir al estar con ella. -Podrás adivinar el resto- Le dije sin querer entrar en más detalles de lo que pasó después.

Sonreí un poco más animada cuando me dijo que ya podríamos salir, la verdad es que no me había fijado en lo absoluto en el paso del tiempo, por lo que no me di cuenta cuando obscureció, un pequeño error que no volvería a cometer. -Sí, por fin... llevo todo el día aquí dentro sin poder salir por eso de mi alergia con el sol- Le respondí un poco en broma y un poco con palabras "clave" ya que el bartender estaba justo en frente, pues Danny había pagado la cuenta. -Y un poco de aire fresco no me caería nada mal, este aroma se vuelve molesto- Le dije refiriéndome exclusivamente al aroma humano. Me bajé de la silla con delicadeza y gracia, como todos los movimientos vampíricos y pasé una mano alrededor de su brazo tomandolo de gancho mientras salíamos de aquel bar a las oscuras y nocturnas calles de Miami. -Aún no sé bien como fue que me pasé tanto de mi zona habitual pero no importa, me alegra haberlo hecho- Le sonreí mientras comenzábamos a caminar por la calle en frente de algunas tiendas. -¿Entonces? ¿Vas a.. explicarme lo tuyo?- Le pregunté sin querer presionarlo mucho.