Casting para Rosalie Hale

-¡Rose!-le había gritado el vampiro de ojos dorados, con mirada con ese aire inocente y hoyuelos en las mejillas. -Por favor ángel…- le pidió de esa forma que casi hacia flaquear la voluntad de la rubia, pero esa noche ya la habían pasado juntos. La última vez que habían pasado un fin de semana así, Esme había tenido que remodelar nuevamente la casa por completo y Jasper había se había quejado por días del ‘ambiente’ que había, mientras que ella, había tenido que ayudar a Esme a redecorar. No era que no le gustara hacerlo, pero Alice parecía tener más talento y conocía desde antes todas las futuras tendencias en diseño.

Agradeció que por esos días no se encontrara Edward en la casa, de lo contrario seguramente se la habrían pasado peleando como era costumbre. Rose lo quería, sí, pero en ocasiones sencillamente se volvía insoportable. -No Emmett…Tú ayudarás a Esme con todo el redecorado de la casa porque yo no lo voy a hacer. Es la tercera vez esta semana.- le dijo seria mientras ponía los ojos en blanco y dejaba salir un bufido. –Rose, yo sé que tú también quieres. Además qué importa, el duende puede encargarse de eso-le dijo con esa sonrisa pícara que poseía y que terminaba por vencer aquella voluntad que Rosalie necesitaba para poder resistirse a su hombre mono.-Emm, no….- le dijo con en un susurro, pues en un abrir y cerrar de ojos ya se encontraba en brazos de su esposo mientras unían sus labios en un apasionado, pero lleno de amor, beso.

-¡NO DE NUEVO, ROSALIE!- gritó Jasper que se encontraba en el estudio de Carlisle. La rubia puso los ojos en blanco ignorando a su gemelo y volvió a concentrarse en los labios de su esposo cuando lo impensable, ocurrió. El móvil en el bolsillo de atrás de sus pantalones empezó a vibrar mientras sonaba con el tono de Supermassive Black Hole de Muse.

-¿Rose? ¿Rose? ¿Eres tú?- le dijo una desconcertada Bella al otro lado del auricular. -¿Bella? Soy yo, ¿qué ocurre? ¿Está Edward bien?- le preguntó desconcertada. Isabella y ella jamás habían tenido la mejor de las relaciones, de hecho nunca le había agradado del todo. Tal vez si cambiara de opinión respecto a la inmortalidad, pero aquello no iba a ocurrir. –Sí, todo está bien. Rose yo…- la voz de la humana era trémula, y Rosalie estaba segura que estaba aterrada, podía sentirlo, pero había algo más que no podía descifrar de que se trataba.-Tú… ¿Qué, Bella?- La vampiresa de ojos dorados empezaba a desesperarse. No entendía que era lo que estaba ocurriendo. -…Yo… estoy….embarazada.--por fin terminó de decir una incrédula Bella mientras Rosalie se quedó congelada por un segundo que pareció una eternidad.

-Estás de broma… Tiene que…-pensaba mientras su expresión se mantuvo impasible, sus ojos dorados se quedaron fijos en la nada y agradeció no haber sido humana en ese momento, de lo contrario sus piernas habrían flaqueado y su corazón estaría sufriendo una taquicardia. Tenía que ser una broma. Una cruel broma de eso que algunos llamaban: Destino. ¿Rose? ¿Rose? ¿Estás bien?- preguntó Emmett desconcertado. Rosalie lo ignoró. –Rose tienes que ayudarme. Edward quiere matarlo, pero es mi hijo, mi bebé. Yo no quiero…- Eso bastó para traer de vuelta la consciencia de Rosalie.

[color=pink]–Tienes que venir ahora mismo, y cuando regreses no voy a separarme de ti. Tu bebé va a nacer bien.[-/color] La expresión de Rosalie poco a poco fue suavizándose y sonrió fugazmente. –Bien, aquí te espero.- colgó y volteó a ver a Emmett con una expresión de cierta incredulidad. -Ella está… embarazada-le dijo sin estar segura aún que aquello fuera posible.

Isabella ahora estaba embarazada, estaba cumpliendo todo aquello que a ella le había sido arrebatado al convertirla. Cerró sus ojos y por un momento imaginó como habría sido su vida si ella hubiese podido tener hijos. Imaginó a un pequeño de cabellos rizados, ojos marrones y hoyuelos en la mejillas, acompañado por Emmett, y ella embarazada acariciando su vientre, con la familia que siempre había deseado. Su sueño se había terminado aquella fatídica noche, pero ahora le quedaba esperanza. Ahora tenía una esperanza. Esto nunca antes lo habían visto; sin embargo estaba consciente que si algo salía mal y Bella moría, ella podría realizar su sueño. No era que le deseara mal a Isabella, ya no le desagradaba como al principio. Al contrario, ahora le agradecía que hiciera a Edward tan feliz. Nunca antes lo había visto como ahora lo veía. Ella había cambiado la vida de su hermano y eso era suficiente aunque nunca fuese a reconocerlo en público.
Emmett se había quedado callado por un momento, puso una cara de incredulidad -¿Eso es posible? Vaya… Alguien ha estado haciendo la tarea…- dijo antes de empezar a reír y abrazó a Rosalie con fuerza sin decir más, como siendo consciente de todos los pensamientos que pasaban por la mente de su esposa.


-¿Por qué quiero a Rosalie Hale?-Porque me parece un personaje muy real, con muchos matices. Todos hemos tenido un sueño al cual aferrarnos, y ella pudo haberlo tenido todo; sin embargo esa oportunidad le fue arrebatada. Es ambiciosa, sin embargo no es mala, tan solo es producto de las circunstancias y de la educación que le inculcaron sus padres. Arrogante y vanidosa, como no serlo cuando se sabe la mujer más hermosa sobre la Tierra. Y así, podría enumerarles muchas razones por las cuales puedo y quiero ser Rosalie Hale, pero la principal es: porque creo que nadie podría interpretarla mejor que yo.